jueves, 20 de septiembre de 2007

Las clases

Parecía que no llegaría, pero el estudiar ha vuelto. Si no tengo en cuenta el curso de sueco, he sido de los últimos Erasmus en empezar. Ahora tengo dos asignaturas. Puede que muy poca cosa, pero es que aquí el sistema difiere bastante el español.

La primera diferencia es que no se tienen seis asignaturas juntas durante todo el semestre, sino que éste está dividido en cuatro periodos. En cada uno de ellos se da un curso o dos. Por ejemplo, yo, en vez de tener Swedish for exchange students, Media, culture and society, Democracy in the Swedish way y The struggles of our mind todos juntos, los tengo repartidos en los cinco meses que voy a estar aquí. Digamos, que en el primer y segundo periodo doy las dos primeras asignaturas; en el tercero Democracy in the Swedish way; y en el cuarto, The struggles of our mind.

La primera impresión puede ser la de que esto es un chollo porque vamos a tener mucho tiempo libre. Pues no. Desde que he empezado Media, culture and society (MCS) no he dejado de leer... en inglés... y mucho.

La mayoría de las clases son de dos horas. En la primera, el profesor da una teoría que el alumno ya ha tenido que leer anteriormente en los textos que se le mandan. Bien podría no hacerlo, pero entonces no participaría mucho que es de lo que se trata. Al menos en MCS. También hay que tener en cuenta que sólo somos nueve: dos franceses, una alemana, una turca, un nigeriano, un polaco, una iraquí sueca (lleva más de diez años aquí) y dos españoles; por lo que el profesor puede controlar mejor las intervenciones de cada uno. No sé cuántos estudiantes hay por clase sueca, pero por lo que he visto no es mucha.

En la segunda hora, se realiza un debate de otro texto que se ha tenido que leer. En éste, los alumnos tenemos que exponer las impresiones que hemos sacado del tema a partir de unas preguntas base. En ningún momento, se afirma “esto es verdad”, “esto es falso”; sino que se presentan diferentes opiniones y, por tanto, se puede estar de acuerdo con ello o no. Lo interesante de este tipo de cursos en los que estamos tantos estudiantes extranjeros es que los ejemplos que ponemos son basados en nuestros propios países. De esta manera nos damos cuenta de lo mucho que cambian las cosas de una cultura a otra.

Aquellos que, como yo, hemos dado Mundo actual: pensamiento y creencias en la Carlos III les sonará esta forma de dar clase. Desde luego se hace muy amena e interesante. El problema son los textos... Si en España tenía que leer 20 páginas, aquí tengo que leerme 100 de un libro, 50 de otro y 20 del texto del seminario. El martes pasado, por ejemplo, me enteré que tenía que leerme un libro entero (170 páginas), 5 de otro y 20 del texto del seminario para mañana, es decir, el jueves siguiente.

Por otro lado, me ha llamado mucho la atención las aulas. Söderstöns Högskola se construyó en el 2000 más o menos, pero parece bastante más antigua. Aunque hay salas de ordenadores por todos lados, las clases carecen de ellos, por lo que en vez de PowerPoints se utilizan transparencias. Aquellas que tienen ordenadores están en la biblioteca y hay que reservarlas. Esto me sorprendió mucho ya que tenía entendido que Suecia es uno de los países con mayor número de ordenadores por metro cuadrado, es decir, que más los utiliza. Muchos estudiantes extranjeros, como Anna (Polonia) e, incluso, suecos como Axelina, dicen que la universidad es bastante moderna. Me pregunto qué dirían si fueran a la UC3M, que tiene 20 años, donde todas las clases cuentan con ordenadores.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Tour Mälaren V. Eskilstuna

Después de comer, nos dirigimos a Eskilstuna, una ciudad de las principales ciudades industriales de Estocolmo. Esta vez, resultó ser bastante grande y con más cosas que visitar. El problema fue que llegamos a eso de las cuatro de la tarde, es decir, cuando todo estaba cerrando. En fin, nos dimos un buen paseo por el río, por un parque (toda ciudad que se precie en Suecia tiene que tener al menos un “mini bosque”) e hicimos muchas fotos.

Y después para casa, bueno para Estocolmo que había que dejar el coche. Cuando Anne y Meseret supieron que tendríamos que volver en tren hasta Björnkulla casi les da algo. En fin, hicimos una mini parada por un paseo que hay en Estocolmo, echamos gasolina al coche y lo dejamos en el garaje.

Y eso es todo. Bueno no. Raquel y yo cenamos pizza mientras veíamos X-Men 3. Vaya película, muere hasta el apuntador... Por cierto, nada más tocar mi cama me quedé dormida.

Tour Mälaren IV. Strägnäs

Así, dejamos Enköping para ir hacia el sur. No es muy difícil conducir por las carreteras suecas. No es que tengan muchos caminos para llegar a un mismo sitio, así que sólo tienes que seguir las indicaciones que ves aparecer porque normalmente, al menos en nuestro caso, los nombres de las ciudades que queríamos visitar estaban en los carteles. Eso sí, aquí aunque tengan el límite de 110 km/h también conducen rápido. Supongo que amantes de la velocidad hay en todos sitios.

Las vistas desde el coche son preciosas, las fotos que pude hacer no las hacen justicia. Está lleno de árboles de todos los colores. Aunque habíamos esperado un poco para hacer el tour con el fin de ver los árboles con las hojas rojas, había muy pocos con ellas. Aún así, simplemente el hecho de ver todos esos bosques merece la pena.


Strängnäs tampoco resultó ser una ciudad muy turística aunque sí que tiene algo de historia. Se dice que por 1120 fue sede episcopal y fue en esta pequeña ciudad donde Gustavo Vasa fue elegido rey el 6 de junio de 1523, que es el Día Nacional de Suecia. Como Sigtuna, tiene un puerto y al lado de éste hay un molino. Pensando en términos españoles, creímos que en el casco antiguo, es decir, donde se encontraba la catedral gótica Domkyrkan habría algo de vida y un lugar donde comer.

En la catedral preguntamos a una chica que había en Strängnäs que mereciera la pena ver. Su respuesta fue preguntarnos cómo habíamos ido a parar a ese pequeño pueblo. Aún así, buscó una mini guía turística y nos dijo que el molino podía ser visitado, pero no los domingos. Apunte importante: si quieres visitar Suecia, pero no ciudades grandes como Estocolmo o Skilstuna, no escojas el domingo para hacerlo. La chica nos dijo de dos restaurantes que deberían estar abiertos... Ninguno de ellos lo estaba porque los domingos cierran.

Al final acabamos en una especie de pastelería. La verdad es que comimos muy bien allí. Yo me pedí lo que creía que era una empanadilla que luego resultó ser una especie de pizza de bechamel, queso y jamón. Allí también se sorprendieron de que hubiéramos ido a visitar Strägnäs.

Tour Mälaren III. Enköping

Tras estar una hora paseando por Sigtuna, nos dirigimos a Enköping. Sinceramente, nos desilusionó mucho. Manuel decía que estaba mejor que muchas ciudades españolas, creo que incluyó en ese muchas a Madrid... En mi opinión, no merece la pena pasarse por Enköping. Aunque, a favor de la ciudad tengo que decir que no aparcamos cerca del casco antiguo... Como sólo sabíamos que según la guía había que visitar la iglesia medieval Härkeberga pero no teníamos ni idea de donde estaba, fuimos a la oficina de turismo. El problema es que ésta sólo abría Julio y Agosto. Al menos en nuestro camino pasamos por un parque precioso.

Debido a la ausencia de algo que visitar, así que cambiamos nuestros planes de comer allí. Sólo eran las doce de la mañana, por lo que cogimos nuestro mapa y decidimos visitar una ciudad que nos pillaba de camino: Strängnäs. Cuando íbamos a coger la carretera vimos a lo lejos la iglesia. Hicimos una visita en coche por la otra parte de la ciudad y cambiamos un poquito nuestra opinión. El casco antiguo estaba cerca de una zona residencial con casitas típicas. Aún así, la iglesia tampoco era para tanto.

Raquel y Manu saltando y atrás Enköping

Tour Mälaren II. Sigtuna

El domingo a las ocho de la mañana nos dirigimos a nuestro primer destino: Sigtuna. Se trata de la segunda ciudad más antigua de Suecia y fue fundada en 980. Todavía tiene algunas ruinas de antiguas iglesias que se pueden visitar. No obstante, lo más bonito de Sigtuna es su calle principal, Stora Gatan. Nosotros cuando fuimos estaba todo cerrado, pero la calle está llena de pequeñas tiendas turísticas, y los edificios son todos de madera.

También es muy curioso el ayuntamiento porque es el más pequeño de Suecia. Desde luego, cuando le tienes enfrente lo último que piensas es que es un ayuntamiento. Asimismo, se puede visitar la Iglesia de Santa María que es la iglesia de ladrillo más antiguo de Mälaren.


En Suecia, prácticamente todos los pueblos que tienen lagos o ríos tienen puerto y Sigtuna no iba a ser menos. Estaba todo muy calmado porque eran sólo las nueve de la mañana, aunque de vez en cuando se podía ver a gente con sus perros paseando o corriendo. Incluso las casas parecían puestas a propósito para los turistas. Eran como las casitas de muñecas. Jardín enorme, puerta blanca, fachada roja...






Otras fotos:


Manuel y detrás una casa típica sueca

Un parque cerca de las ruinas

Raquel, Anne, Meseret y Manu con nuestro coche :)

Tour Mälaren I. El coche

Las guías turísticas son muy malas... Tienen tours muy tentadores por el país que gente, como nosotros, aburridos de Björnkulla, no deja de querer hacer. Dos semanas después de asentarnos en nuestro pequeño poblado (en el que hasta para hacer la compra tienes que coger el tren), decidimos ver un poco de Suecia.

En un principio, queríamos hacer un tour por todo el lago Mälaren, pero éste es demasiado grande como para hacerlo en un solo día. Lo que estaba claro es que si queríamos ver más de una ciudad tendríamos que alquilar un coche. Un día que nos habíamos acercado a Estocolmo, fuimos a coger información a todas las casas de alquiler que estaban cerca de la Estación Central, es decir, Hertz, Avis y Europcar. Al final, la última resultó no sólo ser la más barata sino la que permitía a Raquel, que tiene desde un año y algo carné de conducir, llevar el coche. Manuel, aunque tiene la licencia, dijo que no quería tocar el coche, él sólo iría de pasajero.

Creo que nadie nos creyó cuando hablábamos de alquilar un coche. No es que no lo dijéramos. En realidad cada vez que podíamos hablábamos de ello porque necesitábamos a dos personas más para que el alquiler resultase rentable. Enrolamos en nuestro viaje a Meseret y seguimos lanzando indirectas. Al final, cuando volvíamos de la fiesta el viernes le preguntamos a Anne, una alemana que vive en el edificio A, si quería venir. Siendo cinco personas el coche, contando también con la gasolina, nos saldría a unos 20 euros cada uno, lo cual no es mucho.

El sábado Raquel y yo fuimos a por el coche a las 4 de la tarde. En realidad, ya habíamos ido antes a reservarlo para el domingo, pero como ese día abren a las 12 nos dijeron que nos lo daban el día anterior. Nosotras aprovechamos para ir al LIDL y hacer la compra del mes. Manuel, que no quiso venir porque dijo que estaba lloviendo y no tenía ganas, se perdió la compra de todo aquello que dura más de un mes. Luego fuimos al Coop Extra para comprar pescado e ingredientes para hacer un cocido y albóndigas. Por cierto, aquí no tienen morcillo ni hueso... pero como solucionamos nuestro cocido es otra historia.

Como ya he dicho nadie nos había creído en lo del alquiler así que alucinaron un poco cuando nos vieron aparecer con un Skoda Fabia.

sábado, 8 de septiembre de 2007

El mundo del revés V. Música

Y, por último (creo), la música. Los españoles somos los de la pachanga, el reggeaton, la canción del verano. Creedme, aunque escuchéis Skape o Iron Maiden preferiréis la música española. Ya sé, el norte, lugar del rock, del metal, incluso de lo alternativo. Pues no. Ayer fue la prueba de que a los suecos les gusta, y mucho, el rap, el hip hop, el reggeaton y el bacalao todo mezclado. Se suponía que sería la fiesta del semestre, en un púb con dos plantas para que hubiera dos salas con música distinta. ¡Mentira! Una planta: el Mondo (donde comimos en la universidad el primer día). Eso sí, la bebida no era muy cara, unos 25 SEK, aproximadamente 3 ó 4 euros. Visto lo visto no es caro.

Pero la música... todo el rato la misma. En España se cambia, aquí se lo meten por vena. Acabé con un dolor de cabeza horroroso. No es que no disfrutara. Durante las 2 ó 3 primeras horas estuve bailando, o intentándolo porque no hay manera de bailar eso. Pero después de varías horas escuchando esa música, sinceramente, te aburre. Porque además a mí siempre me sonaba igual. Al menos el final de la noche no estuvo mal, nos fuimos a tomar galletas con un vaso de leche cortesía de Manuel a la “cocina familiar”. Eso salvó el día.

Y para más datos sobre el mundo al revés, véase:
  • Los franceses que no sabían que la mousse de chocolate y las crepes eran francesas.

  • Los suecos, que aunque llueva a mares o haga frío, visten como si estuviéramos a 30 grados.

  • Y... bueno, seguro que en los meses que me quedan encuentro más hechos que verifican este mundo al revés, mi querido Watson.

Hay van varias fotos de la fiesta:

Victor y Meseret

Raquel, Manuel y yo

El mundo del revés IV Limpieza

Y qué decir de la suciedad. Cada día estoy más convencida de que los del norte tienen un problema con la limpieza, al menos en la cocina común. ¿Tanto cuesta quitar los vegetales que se te caen en el fogón o limpiar la bandeja del horno? Al menos sé que mi indignación es similar a la de Anika y Mila, la alemana y la sudafricana de mi pasillo. Se me ocurrió limpiar el fogón que había utilizado para hacer una tortilla de patatas...mi esponja acabó marrón. Ya había decidido comprar esponjas para la cocina (sí, es que no hay esponja...la gente que limpia lo hacía con una bayeta). En fin, tras el cambio de color mi esponja ha sido ascendida a la categoría de “esponja común”.
No sólo eso, la cocina común más limpia de los cuatro edificios es la “cocina familiar”. ¿Por qué? Porque a Borja le dan ataques de limpieza. Nada de que los franceses, suecos o alemanes se pongan a limpiar por el bien común. Sólo un español al que, de vez en cuando, consideran loco por darse esas comilonas de limpieza. Ahora hay un nuevo decreto: quitarse los zapatos antes de entrar porque sino se ensucia el suelo. Así nos puedes ver a todos en calcetines.

El mundo del revés III Bancos e Internet

¿Queréis más datos de que esto es el mundo al revés? En España vas a un banco y sales con la cuenta hecha. Es más, sales con una cartilla con la que sacar dinero desde un cajero. Aquí te tardan dos semanas en hacerla y como no se te haya ocurrido pedir la Maestro (la tarjeta electrónica), cada vez que quieras sacar dinero tienes que ir al banco, coger un ticket (aquí todo va con tickets, estos suecos adoran las colas) y esperar media hora hasta que te den un papelito para poder sacar dinero. Pedí la cuenta el 27 de agosto, el 7 de Septiembre recibí en mi buzón los datos.
Otra curiosidad de los bancos, si quieres hacerte una cuenta y no eres sueco, llévate el pasaporte. Este país será de la UE y todo lo que quieran pero aquí eres un extranjero y, como tal, no vale el DNI. Debe ser que creen que haciéndote una cuenta quieres cometer un delito o algo, porque nos hemos visto con varios impedimentos. En el Swed Banc a Borja no le hacían una cuenta por no ser sueco. Se fue con su dinero al banco Nordea. A nosotros el SEB Banc nos vino directamente a la universidad en la semana de “aclimatación”. En España, vas a un banco y, si perteneces a la UE, simplemente con enseñar el DNI puedes hacerte una cuenta...Será que a nosotros nos gusta más el dinero. Aunque no sé, desde que me enteré que si quieres que te envíen las facturas a casa por el correo tradicional tienes que pagar, creo que estos te sacan dinero por todos lados. Un día pondrán un impuesto por cruzar la calle, y sino al tiempo.
Luego tenemos el caso de Internet. En España cuando tu pides un servicio, ya sea teléfono, televisión o Internet, tienes todas las facilidades del mundo. No creo ni que tarden más de una semana en ponértelo. ¡Ah! ¡Pero esto es lugar de todo al revés! Llevamos tres semanas aquí y todavía no tenemos Internet. Si esto son las facilidades para el contrato, no quiero saber como será para darte de alta. Aunque considerando los factores anteriores, si en España entras en la boca del lobo cada vez que llamas para pedir el vencimiento de un servicio, aquí hacerlo será como salir, ¿no?

El mundo del reves II Lentitud

Por otro lado, nosotros mismos, los españoles, nos consideramos un tanto ineficaces y poco productivos. Creo que ya he hablado de lo mucho que han tardado en colocarnos todos los muebles. Pues bien, deberían haber acabado de traer las cosas el 19 de Agosto, es decir, el domingo antes de llegar nosotros. El miércoles recibí mi “confortable chair” que para más inri de confortable no tiene nada, está más dura que una piedra. Me parece que se va a quedar para poner cosas ahí más que para sentarme.
Y eso no es todo, me he enterado que no nos piensan poner luz en el pasillo de nuestra habitación. No es que la necesitemos...bueno sí, es un rollo tener que abrir la puerta, dejarla abierta porque no entra luz e ir a encender la luz de la cocina que es la que pilla más cerca porque no les da la gana de ponernos una bombilla (no pedimos más) en el pasillo. Tampoco nos van a poner persianas, aunque Borja tiene una. Deben pensar que con las cortinas de pájaro con cabeza de ser humano que dejan pasar bastante luz es suficiente.

El Mundo del Revés I Puntualidad

Cargamos con el sambenito de tardones, sucios, lentos, poco trabajadores... Pero desde que he llegado aquí me he dado cuenta de que no somos nada eso. O al menos, no la mayoría. El día de ayer es un continuo ejemplo de que Suecia es el mundo al revés.

Raquel y yo habíamos quedado a las 10 de la mañana para ir al banco con Meseret. No es que fuéramos muy puntuales. Creo que en la situación en la que nos encontramos, es decir, que prácticamente vemos cuando se ha despertado alguien (ventana abierta) podemos permitirnos bajar 5 minutos tarde. El caso es que no es la primera vez que nos pasa. Meseret, me temo, es una dormilona empedernida. Y, como no, a las 10 y cuarto seguía durmiendo. Necesitamos varios golpes en su puerta y en su ventana para que se despertara y nos dijera “I’m sorry”. Ciertamente, es muy raro que una alemana llegue tarde y las españolas lleguemos a tiempo.

Algo parecido le ocurrió a Raquel el otro día con la hora. Nos han avisado que los suecos son muy especiales con llegar a tiempo y que, incluso, se presentan en el lugar indicado varios minutos antes. Sabida la lección Raquel llegó a su cita con su mentora diez minutos antes. ¿Y qué se encontró? A sí misma esperando durante tres cuartos de hora. ¿Y los suecos eran estrictos con la hora? Ni un mensaje, ni una llamada ni nada. La mentora no se presentó, ni dio señas de vida. Tampoco ha mandado un mail para disculparse de su plantón.

Mini mercadillos

4 de Septiembre de 2007 III

El domingo fuimos a un mercadillo de Estocolmo que solo tenía cuatro puestos. Vendían cosas de los años sesenta a 30€. No duramos mucho tiempo allí. Fuimos a otro mercadillo en el centro. Raquel y yo nos fuimos a comer porque estábamos hambrientas y luego dimos una vuelta y para casa. Tuvimos la hora del té a las 6 en mi cocina y a la Raquel se le iluminó la cara al ver aparecer a mi finlandés. Dice que la próxima vez que hagamos tarta se la tenemos que dar a probar, y no es para que nos deje ver la tele en su cuarto.

El minimercadillo


Borja y los demás prepararon la enésima barbacoa y Meseret, Raquel y yo nos fuimos a cenar a la cocina de ésta. No había ganas de barbacoa (quien quisiera barbacoa tenía que pagar 100 coronas (unos 10 euros), aunque hubo gente que no pagó), encima en la calle. Además necesitábamos un poco de tranquilidad, al menos yo. Luego nos unimos para charlar un poco.

A falta de más fotos, os dejo las de la que fue la primera barbacoa.

Damian y Christian al fondo; en la mesa y de izquierda a derecha, Raquel, Benedict, Meseret ( que no se la ve mucho) y Manuel

Raquel y Borja con la barbacoa.

Mousses, crepes, bizcochos y tartas

Hemos tenido un fin de semana muy dulce. Damian y Victor (los franceses) nos habían prometido hacernos crepes y mousse de chocolate. Estos dos son muy raros, anda que no saber que los crepes y la mousse son de Francia. En fin, como he dicho lo habían prometido. Pero son tíos y, como tal, se escaquearon. Cuando llegamos a la “cocina familiar” Víctor se iba dejándonos con un “Damian lo va a hacer”. Cuando éste llegó nos dijo que el otro le había dicho que nosotras lo haríamos...¿No se suponía que por ser tipicamente francés les tocaba a ellos hacerlo?

En fin, Raquel, la coreana (no me acuerdo de su nombre), Meseret, Damian y yo empezamos a descifrar la letra de Victor...y nos decidimos por hacer las crepes, más que nada por una cuestión de legibilidad. Cuando ya llevábamos puestos los huevos, la harina, etc. para hacer la masa, Damian se va a tomar el café con Christian, el polaco que vive debajo de mi planta, es decir, en el edificio c. Total, que nos tocó a nosotras hacer las crepes. Mira que somos “pipas” (palabra de Borja que según él significa pardillo). En fin, he de decir que nos quedaron muy bien.

Cuando volvió Víctor hicimos entre todos la mousse. Nos íbamos repartiendo el batir las claras porque tardamos así como tres cuartos de hora en que se hiciera. No nos quedó mousse del todo porque el chocolate no lo hicimos demasiado líquido. Así que para cenar tuvimos tortitas (las que hicimos Raquel y yo) y las crepes (mucho más finas y que hizo Víctor porque a nosotras no nos salían). Por cierto, que cuando estábamos haciéndolas nosotras, vino Ida, una sueca que vive en la planta de la "cocina familiar" y que siente que su temporada erasmus ha vuelto, como quien no quiere la cosa a ver como las hacíamos...Tuvimos que preguntar si quería una...Al final de la noche, creo que se comió ¡más de cinco!, con nutella, nata montada y vainilla. Estas suecas sí que saben.

Y el sábado nos tocó el turno a Raquel y a mí. El miércoles habíamos comprado los ingredientes para hacer dos pasteles y lo teníamos todo planeado para que cuando viniera Axelina a las 5 estuvieran listos...pero la puntualidad no es lo nuestro. Fuimos a Huddina a comprar limpia hornos, porque están hechos un asco, y a una óptica a que me pusieran bien mis gafas porque las había aplastado al secarme el pelo. Sí, así soy yo. En fin, entre limpiar el horno y comer acabamos a las 4:30. Con lo que cuando recogí a Axelina, mi mentora, no había bizcocho ni tarta. Para más inri, la “cocina familiar” estaba vacía y cerrada y no podíamos entrar. Hasta media hora después no pudimos empezar a cocinar.

Tengo que decir que el bizcocho “tipical spanish” (según las preguntas de los de la cocina) de mi madre tuvo un gran éxito. En un principio era sólo para Axelina, Raquel, Meseret, Manuel (que se fue a Internet y no pilló cachó) y para mí porque la primera era la invitada y los demás habíamos comprado los ingredientes. Pero Victor, Chevy (de Sudáfrica) y Benedict (de Alemania) se sentaron en la mesa rodeando el bizcocho con cara de cachorro degollado...Tuve que invitarles a pillar un cacho. Y luego a Borja y a Ida. Así, quedó un trozo pero se lo comieron Raquel y Victor que querían repetir.

Y algo parecido ocurrió con el crumble de manzana que era el plato fuerte. Sólo quedó un trozo para Damian y para Manuel que está vez si pudo probar lo que había pagado. Ya hemos aprendido, la próxima vez que hagamos cocinitas, ya sean tartas, albóndigas o lo que sea se hace en mi cocina y luego lleva al otro edificio un trozo, que sino nos quedamos sin comida. El problema básico es que solemos comprar para este tipo de cosas de manera conjunta y nos invitamos los unos a los otros, como con las crepes y las tartas. Pero es que lo de las tartas resultó un poco violento y gracioso al mismo tiempo.

Os paso la receta de la famosa crumble de manzana.

Para 4 personas.
Preparación:15 min.
Cocción: 35 min.

Para la guarnición: 4 manzanas grandes, 1 cucharadita de mantequilla, 1 cucharadita de café de canela en polvo fuerte, 1 cucharada sopera de azúcar, ½ zumo de limón.

Para la pasta: 100g de harina, 60g de mantequilla, 75g de azúcar, 1 pizca de sal.

Preparar la guarnición: untar con mantequilla una fuente para gratinar. Colocar dentro las manzanas peladas, descorazonadas y sin pepitas, y cortadas en dados. Regar con el zumo de limón, espolvorear con azúcar y canela.

Precalentar el horno.

Preparar la pasta: en una ensaladera, mezclar la mantequilla, el azúcar, la sal y la harina. Aplastarlo todo con dos tenedores formando grandes grumos. Espolvorearlos sobre las manzanas. Cocer en el horno unos 35 min, hasta que la costra quede bien dorada.

Comer nada más sacarlo del horno, con nata espesa o helado de vainilla.

Trucos
A las manzanas se les puede añadir pasas, arándanos o compota de ruibano.
El crumble también se puede preparar con frutos rojos, una mezcla de mango y melocotón, etc.

Nosotras espolvoreamos un poco la pasta por las manzanas y luego echamos las fresas para después volver a espolvorear. No sé si por el jugo de las fresas la crumble nos quedó tan jugosa/líquida. Pero nos quedó muy bien.

La receta es del libro “Las recetas de mamá. Para estudiantes y solteros.” Adivina quién lo compró. ¡Muchas gracias má!

Y la burocracia continúa

4 de septiembre de 2007 I

Definitivamente el otoño ha llegado. Llevamos dos días con el cielo nublado. Ayer llovió y granizó. Fue muy curioso porque Raquel, Manuel y yo fuimos a Estocolmo a la Embajada Española (está al lado de el Vasa Museet) y a Inmigración.

Lo primero fue para registrarme y en caso de que pierda el pasaporte, el DNI o me ocurra cualquier cosa se pongan en contacto con mis padres. Y lo de Inmigración es una obligación que pone Suecia a todas las personas que se quedan en el país durante más de tres meses. Es un tanto ridículo porque si, por ejemplo, coges el ferry que va a Helsinki y pasas allí el día, cuando vuelvas la cuenta de tres meses vuelve a empezar. Meseret dice que se va a rebelar contra la tontuna de registrarse y se va a ir a Finlandia, Noruega y Dinamarca para no tener que hacerlo.

Raquel y yo lo hicimos porque somos demasiado buenas y porque ella se va a quedar durante un año. Y, aunque estoy segura de que lo hará de muy buena gana, tener que viajar durante un año para no registrarse es un poco estúpido. Al menos ahora nos podemos olvidar de la burocracia. O eso espero, estoy harta de hacer papeles y de ir de un lado para otro. Y más en este caso porque la mujer que nos atendió en la embajada nos dio una dirección errónea y acabamos cuatro estaciones de tren más lejos de lo que deberíamos. Lo bueno es que con un mapa y preguntando a la taquillera de la estación conseguimos llegar. No estaba muy lejos.

Por cierto, una semana después de haber ido al banco para hacer la cuenta todavía no tengo mi número ni mi tarjeta... Y lo mismo pasa con Internet. ¿Quién habló de la eficacia nórdica? Aunque, sinceramente, prefiero que nos lo pongan cuando ya tenga la cuenta porque me estoy quedando sin efectivo y como no pueda pagar con tarjeta, sacar aproximadamente 3000 Sek (300 €) en un cajero puede ser muy doloroso por el pago de divisas.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Cocinas y miradores

29 de agosto de 2007

Necesito que alguien me recuerde que estamos a finales de agosto porque sino creeré que es Noviembre. En apenas dos o tres días el tiempo ha cambiado totalmente. No es que antes hiciera un gran calor, pero se podía estar en la calle sin chaqueta. Ahora sin ésta no puedes salir. Aún así, hay momentos en los que sol calienta bastante. Creo que el problema es el dichoso viento, que debe venir del polo norte porque es gélido.

Hoy no hemos hecho gran cosa. Raquel, Manuel, Borja, Víctor, Benedict, Lucía y yo hemos ido a la universidad para el tour por la biblioteca...pero nos lo hemos perdido. Cuando hemos llegado no hemos visto a ningún erasmus o que se le pareciera. Pero no hemos perdido la mañana. Hemos ido a por nuestros carnés de la universidad. No hay nadie que se haya salvado de tener una fotografía memorable...esas cámaras debían tener la lente defectuosa o tener un programa para hacernos salir a todos mal. Hay gente que ha salido más o menos bien, pero yo sinceramente no pienso enseñar a nadie mi carné.

Los carnés sirven para moverse por todo el campús. Si quieres entrar en un aula de ordenadores tienes que pasarlo. Incluso para ir a algunos baños...(aquí mucho orden y control, pero yo todavía no tengo mi persiana ni mi “confortable chair”). Tras estar un tiempo en Internet (porque todavía no tenemos en la residencia), ver el correo, buscar conciertos a los que asistir, etc. nos fuimos a Björnkulla a comer. Hoy he aprendido que no voy a comprar más unos filetes de cerdo en forma de corazón....menos mal que tenía la salsa de Meseret porque no es que supieran muy bien. Cómo no, hemos comido en la cocina de Manuel, aunque hoy no había mucho ambiente. No sé que tiene ese edificio que es muy familiar, no es de extrañar que todo el mundo vaya para allá. Mi cocina común está siempre vacía, excepto cuando el finlandés o la sueca están haciendo la cena a eso de las seis de la tarde.

Ayer cuando fuimos a cenar a la cocina Raquel, Meseret (que le encanta porque dice que es muy tranquila) y yo, estaban utilizando el horno. El finlandés tenía visita y había un chico que pasaba cada dos por tres por la cocina. Bueno, pues no dijo ni hola...no sé si es que es demasiado tímido o es que normalmente no saludan. Eso sí, con sus puertas abiertas de par en par en el pasillo. Era un poco incómodo hablar porque te podían oír. Meseret utilizaba el español (es alemana) para hablar sobre ellos. Resultó divertido.

Hoy por la mañana todavía estaba la bandeja del horno sucia. La otra vez tardaron dos días en limpiarlo, ¿cuánto será esta vez? Al menos tiraron la bolsa de la basura...

Después de comer, Raquel, Manuel, Meseret y yo nos fuimos a Estocolmo a tomar algo. Bajamos en Stockholm Södra (Estocolmo Sur, creo) que está en Södermalm. Por lo visto fue el lugar obrero durante la Revolución Industrial. Ahora es la zona “alternativa”. Según mi mentora sueca, Axelina, los suecos se enorgullecen de ir por allí porque consideran a esa isla un lugar cool pero no pijo. Cosas de este país.

Lo bueno de Södermalm es que tiene unas vistas increíbles de la ciudad porque es una colina y puedes ver todo el río desde arriba. Hay un mirador al que se puede subir desde la orilla, pero yo recomiendo ir andando por el puente y por la calle principal y luego girar a la izquierda porque así se puede ver el ambiente de la isla. Esto claro si vienes por el lado del río. Si vienes como nosotros desde Stockholm Södra, en el interior, tienes que pasar un parque, atravesar una plaza, girar a la izquierda y ya estás en la calle principal. Si sigues recto llegas al final y girando a la derecha hay un acceso al mirador.

Tras unas cuantas fotos y mirar atemorizados como unas nubes enormes se acercaban fuimos en busca de una cafetería. La calle principal está llena de tiendas y bares en los que puedes ver a la gente pidiendo la cena a las 5 de la tarde. En Tuffin’s Coffe, o algo así, nos tomamos unos capuchinos, un chocolate caliente, unas magdalenas y una tarta de chocolate. Recomiendo pedir esta última porque estaba realmente buena.

Antes de volver a coger el tren pasamos por el Willys a comprar algo de comida. Se supone que es la tienda donde más barato puedes comprar. Algo así como el LIDL o el PLUS en España. Sin embargo, Jimmy, habitante sueco de la “cocina familiar”, nos ha dicho que ahora ya no es tan económico como antes y que están subiendo los precios.

Y eso lo interesante del día porque al volver quedamos a las nueve en mi cocina (aún más sucia que ayer) para cenar. A Meseret le encanta la tranquilidad de mi pasillo...eso es porque no vive aquí. Sé que mi piso tiene la ventaja de que cuando quiera estudiar no tendré mucho ruido y que, al estar en el piso de arriba, casi no tengo posibilidad de que me molesten. Pero al mismo tiempo tiene sus desventajas. Casi no he hablado con nadie de mi pasillo porque todos están desaparecidos, excepto a las 6 que es cuando empiezan a hacer la cena y mi cocina es un desastre porque nadie recoge lo que mancha. No se qué puede costar coger la bandeja del horno y darle un poco de agua con jabón para quitarle los restos de la pizza, o, por ejemplo, tirar las cajas de la comida a la basura.

Después de cenar, fuimos como cada noche a la “cocina familiar”. Se está haciendo costumbre tener una charla entre todos. Está bien porque somos españoles, franceses, alemanes y un sueco, con lo que hablas inglés.

Primeras experiencias

Ya llevo viviendo en Suecia más de una semana. No sé si eso es suficiente para crearte una idea general de cómo son los suecos. Me han sorprendido mucho. Supongo que al igual que la creencia de que España es sólo sol es errónea, la de que los suecos son fríos y distantes tampoco es del todo cierta.

El viernes después de llegar a Estocolmo había quedado con el landlord (el casero, que resultó ser una agencia para estudiantes) para que me diera las llaves del piso antes de lo que se había programado. Tuve la suerte de tener a mis padres conmigo porque probablemente hubiera desistido de buscar la dirección a los 15 minutos. Aún con la ayuda de un GPS nos fue imposible encontrar el nº 21 de Regulatorvägen en Flemingsberg. El mail que me habían mandado no decía nada de cómo llegar, así que preguntamos a un chico de la estación de tren de allí que lo miró en Internet y nos dio una dirección...pero nosotros cogimos la contraria (llevábamos GPS, ¿cómo nos íbamos a perder?). Tras vagar más de media hora alrededor de la dirección correcta (un polígono industrial) y buscar por todos el lados el 21 entre el nº 11 y el 15, porque no había más números, decidimos preguntar.

Entramos en una de las naves y con alegría vimos que nos respondía una mujer chilena. No es que en inglés no nos hiciéramos entender (a través de mí), pero poder explicarte en español te tranquiliza mucho. Entre ella y su compañero Oscar (éste sí era sueco) encontraron el 21 y él nos llevó en coche. Y en ese momento entendimos porqué nuestras búsquedas habían quedado en nada: el lugar que buscábamos estaba por detrás de un edificio en el que no había indicaciones de qué números tenía.

La persona que me iba entregar las llaves resultó ser un estudiante que parecía tener más bien poca idea, que sólo me hizo firmar y que sólo me dio las llaves. Si no fuera por Oscar que nos ayudó en todo, habló con el chico y, además nos llevó a mi residencia y luego a la estación, mi idea de los suecos en esos momentos sería bastante pésima pero hubiera empeorado drásticamente al ver el “apartamento”. No había absolutamente nada; bueno sí, un somier, suciedad y una mancha enorme en mi pared. Nada de luces, mesa, cortina para la ducha...nada. Sabía que mi apartamento iba a ser espartano por las fotos que había visto, pero aquello no tenía nada que ver. Para colmo de males, los nombres en los buzones parecían todos suecos.

Hay que decir que Björnkulla, que es donde está mi residencia, sólo tiene árboles, no hay nada alrededor. Mi residencia está compuesta de cuatro edificios de dos plantas donde viven 8 personas en cada una y donde hay una cocina y una lavandería común. Para hacer cualquier cosa tienes que ir a Huddina (una parada de tren antes) o a Tumba (2 paradas después). Es un poco deprimente si estás acostumbrado a tener todo a 5 minutos andando. Además, al lado de la estación de tren y a 10 minutos de nuestra residencia hay una cárcel...bueno, al menos es sólo para aquellas personas que todavía no han tenido un juicio. Hay que pensar en positivo.

De ahí, que en esos momentos no estaba asustada, sino aterrada. Sólo me quedaba la pequeña esperanza de que el lunes, día de entrega de las llaves estuviera mejor. Así que en tren nos volvimos a Estocolmo en un estado más que penoso.

El fin de semana intentamos olvidarnos un poco del apartamento y disfrutamos de Estocolmo. Es una ciudad preciosa, muy limpia y muy calmada, algo que después nos enervaría. Estocolmo está dividida en varias islas y distintos puentes conectan unas con otras. Las bicicletas son las dueñas de la ciudad y hay carriles bicis en todas las calles. Me llamó mucho la atención los pocos coches que había por las calles. En Madrid en las calles centrales como Gran Vía o La Castellana no es extraño ver, y oír, el tráfico. Pero aquí es todo diferente, a no ser que ser realmente necesario no utilizan el claxon y no hay tráfico, excepto en la salida de la ciudad porque están en obras.

Por otro lado, hay que decir que la fama de las suecas (y suecos) es cierta. El 99% son altas, delgadas, rubias y guapas; y si son grandes, no son gordas, sino eso, grandes. Eso sí, casi no se pueden diferenciar unas de otras. Todas visten de blanco y negro, o, en su defecto, gris. Además, la ropa que llevan es siempre igual, pantalones pitillo o leggins y camiseta holgada.

Disfrutan mucho del sol, son como lagartijas, en el momento que se ve un rayo de sol salen en tropel a la calle. Aunque no hiciera mucho calor, se les veía a todos en ropa de verano, paseando, tomando un café en las terrazas, etc. Supongo que se debe a la ausencia de luz durante el invierno, porque aprovechan el verano mucho más que los españoles, aunque también es verdad que aquí no hace 40º C a las tres de la tarde.

El Palacio Real, Skansen, Vassa y la ciudad vieja, entre otros lugares de Estocolmo, nos hicieron olvidar la mala experiencia del viernes. Pero el lunes era el día de la entrega de llaves oficial y, por tanto, de protestar por las condiciones de la habitación, así como para pedir un edredón y una almohada. Alquilamos un coche para llevar las maletas y fuimos primero a mi habitación para ver si había algo más. Nos encontramos con cortinas en las ventanas y en la ducha, así como 2 cajas para una mesa. ¡Incluso había flexos! Un poco más tranquilos, fuimos a Södertörns Högskola. Allí había dos personas entregando llaves y ¡edredones y almohadas! No sólo eso, con las llaves se daba un sobre con la planificación de la semana, una tarjeta para el teléfono móvil e información sobre dónde ir a comprar, etc. La mujer que nos atendió pertenecía a Huge, la agencia propietaria del piso, pasó los problemas de muebles a la universidad dado que ellos sólo ponían la habitación. Supongo que el problema de “vaya a la ventanilla de al lado” que se da en España es internacional.

Tras dejar las maletas, fuimos al LIDL, al IKEA (que resultó ser un poco más barato que en España) y al ICA (un supermercado de aquí no muy caro). Con las toallas, la alfombra, la comida, etc. en la habitación volvimos a nuestro hotel de Estocolmo.

El martes sería el día de dormir en la habitación, de montar la mesa a cacerolazo limpio porque no teníamos martillo (aunque se suponía que nos tenían que montar la mesa) y de encontrar por fin algún español por aquí. Tras irse mis padres al hotel, estuve hablando con los del pasillo, un finlandés que tiene en su habitación 2 sofás y una tele (es remarcable porque nosotros no tenemos nada), dos amigas de éste, una sudafricana y Benedict, un alemán de otro edificio.

El miércoles conocí a los demás erasmus de la zona, españoles, alemanes, franceses, polacos y una chica inglesa. Nos dieron mucha información sobre Suecia y la universidad. Es de agradecer que te den una semana de orientación para que te vayas acostumbrando. Poco a poco vas conociendo a la gente y te haces tu pequeño grupillo. La mayoría va hacia los que hablan su idioma.

Ese día tuve que despedirme de mis padres. Siempre he creído que decir adiós es más fácil si eres tú el que se va. En esta ocasión tuve cuatro días para decir adiós, pero el miércoles fue el definitivo. Si las otras veces era yo la que cogía el avión, en ésta resulté ser yo la que se quedaba. Si no hubiera sido porque sabía que en la cocina del edificio d había erasmus españoles y franceses hablando, me hubiera ido directamente a la cama. Al menos, pasé unas horas hablando en inglés que es de lo que se trata, ¿no?

Primeros pasos

Hace cuatro años, “Una casa de locos” transmitió a toda una generación de estudiantes el sentimiento Erasmus. Poco sabíamos de ella excepto lo necesario: estudiar en un país extranjero y conocer gente nueva.

5 años después, hoy puedo escribir lo que se siente siendo una estudiante extranjera y, sobre todo, avisar que la beca erasmus no es un viaje que empieza en un avión, sino toda una burocracia de idas y venidas, firmar papeles, y buscarte la vida tú sólo.

Soy estudiante de periodismo en la universidad Carlos III y, por las conversaciones que he tenido con numerosas personas, su Oficina de Relaciones Internacionales (ORI) no es la única que funciona lentamente y con muy poca idea de todo lo que se ha de hacer. La beca no es el dinero ya que 150 euros aproximadamente (más la del MEC quien la consiga y la de la correspondiente Comunidad Autónoma) no son muchos en la mayoría de los países de la Unión Europea. Por tanto, puedo decir que si deseas ser un Erasmus lo primero que debes tener en cuenta es que realmente la beca que quieres conseguir es un contrato de estudios que consiste en que un coordinador firme que cuando vuelvas del extranjero las asignaturas realizadas podrán ser convalidadas. Es importante esta parte, porque si lo que quieres es irte a estudiar fuera con bastante solvencia económica, o tienes una buena cuenta bancaria o te vas a un país con un nivel de vida igual o inferior al español.

Esta experiencia empezó para mi con el papel nº 1 (aquí todo empieza y acaba con papeles) y es la petición del examen de inglés para poder hacer el eramus. Posteriormente, si apruebas, llegará la petición de las universidades y con la adjudicación de tu destino llegará lo grande, es decir, lo que más nos desespera a los alumnos: la desinformación de algunos coordinadores y de la propia ORI, que es aún peor. Si tienes suerte, en la web de tu universidad vendrán los pasos a seguir, sino busca otra que más o menos te lo explique bien. La UC3M lo tiene bastante bien explicado, así que puedes echarle un vistazo si estás en esa situación.

No todos los coordinadores son malos, lo único que hay que saber es que les tienes que perseguir hasta la saciedad; mandar miles de mails; remarcarles que la Deadline, último día para pedir plaza en la universidad de destino, no es la que tienen ellos; recordarles, muchas veces hacerles saber, que la fecha para pedir la residencia también afecta; e, importante, darles el trabajo casi hecho.

Esto último quiere decir que eres tú quien tiene que buscar las asignaturas para las posibles convalidaciones, buscar los ECTS de cada una de ellas, etc. Si tienes suerte, tu coordinador te dejará coger las asignaturas que tú quieras y te firmará lo que lleves; sino, tendrás que volver otro día (después de otros cuantos mails) y mirar bien que lo que pides tiene relación con lo que estudias. Recomiendo llevar el trabajo hecho, con las asignaturas miradas y el contrato de estudios sólo falto de la firma de tu coordinador.

Si encuentras dificultades encontrando las asignaturas o tienes cualquier duda siempre puedes ponerte en contacto con la universidad de destino. Y aunque no las tengas, presentante a ellos para que sepan que vas a ir, suelen dar consejos bastante buenos. Además, también tienes la posibilidad de contactar con alumnos anteriores que hicieron tu mismo erasmus que suelen decirte como van las cosas de una manera más realista y cercana, es decir: el coordinador es tal, las asignaturas son fáciles o difíciles...

Por otro lado, no hay que pensar que el coordinador sabe perfectamente todo lo referente a tu universidad y las asignaturas... Busca en la web de tu universidad de destino todo aquello que necesites, normalmente suelen ser bastante completas. Puede que sea un poco tremendista en cuanto a esto, pero conozco gente que confió en los coordinadores y éstos le dieron la primera reunión cuando el deadline ya había pasado.

Tras el contrato viene la Aplicattion Form de la universidad de destino. Normalmente está en su web y basta con rellenarla online; otras, hay que mandarlas por correo. Depende de las universidades.

Tras ello, vendrá la entrega de los datos bancarios y la residencia, si es que tu universidad tiene. En ocasiones la deadline de este apartado es distinta a la de la Aplicattion Form, por lo que hay que estar atento a la web y ver las fechas.

Y aquí no acaba el papeleo, tendrás que mandar por correo tus notas, es decir, tu expediente. En la UC3M pedir a la ORI que te dé el expediente cuesta 20 euros más o menos, no sé si en las demás también habrá que pagar algo, aún así yo recomiendo ir a la página web de tu universidad donde probablemente tengas tu expediente online y que lo traduzcas. Pasarás un poco de tiempo con un diccionario, pero cuesta menos dinero.

Luego vendrán el pago del seguro escolar y la firma del contrato de Erasmus. Todos estos pasos varían según la universidad en la que estudias y la de tu destino. Así que no te fies porque cuando creas que ya has acabado de firmar y enviar hojas te mandarán un mail una semana antes de irte para ir a hacer otra cosa. Estate preparad@.