martes, 4 de diciembre de 2007

Mi mundo silencioso

Hoy cuando volvía para casa me he dado cuenta de que no tenía los cascos del mp3. Puede que para algunos no sea tan importante, pero si estoy sola la música es mi compañera. Define mis estados de ánimo, me da energía y hace que la gente por la calle me mire raro. Pero esta vez se me ha olvidado. En cierta manera, me alegro de no haberla tenido.

Llevo una semana de locos porque he tenido que escribir 3.500 palabras (unas doce hojas) sobre los factores que han influido en el éxito y la posterior bajada de votos del Partido Social Demócrata Sueco (SAP, porque en inglés esas son sus siglas y ya estoy acostumbrada a llamarlo así). No tengo casi experiencia alguna en estudios de política porque el debate de la sobremesa en la cafetería no cuenta, así que ha sido muy interesante aunque agotador. Y no sólo para mí.

Debido a nuestro estado energético y de ánimo, Messeret y yo decidimos hace un par de días que lo primero que íbamos a hacer justo después de dejar el trabajo en la universidad sería irnos a Estocolmo. El frío en la cara. Eso era algo que no notaba desde hacía una semana. Puede parecer una locura, pero lo echaba de menos. Significa libertad, independencia, despertar. Estoy hablando de una temperatura de unos dos o tres grados centígrados, sino, lo primero que se te viene a la cabeza es ¿por qué si tengo puesto el gorro, los guantes, el jersey, la bufanda, las mallas debajo de los pantalones, las botas y el abrigo sigo teniendo frío?

Tras dar unas cuantas vueltas por el H&M (donde había pantalones a 20 euros, pero no había mi talla dado que la 38 estoy segura que es nuestra 36... con decir que predomina la talla 32...) y el Wedins (por culpa de la música que tenían he estado toda la tarde con “Silencio” de Bisbal, increíble pero cierto), acabamos ¿dónde? En Tullin's Coffee, la cafetería de Södermalm con las mejores tartas de chocolate mmmm.

Cuando volvimos, tuvimos que ir a la biblioteca de la universidad y a las siete salimos. Messeret se fue a comprar a Huddinge y yo, sin mi música, a casa. Y en ese camino de quince minutos, me he dado cuenta de que de vez en cuando es bueno estar solo. No se oía ningún ruido, era de noche y no había nadie por la calle. Y no he echado de menos la música. Simplemente, he disfrutado del frío en mis mejillas, de mis dedos congelados porque había decidido no llevar guantes y de la oscuridad. No sabéis cuánto echo en falta el sol. Ese sol que se va aquí cada día tres minutos antes. Ese sol que nos deja en penumbra a las tres y media de la tarde. Ese sol, que en las bromas de Raquel y también en las mías, necesita de la Viagra para conseguir asomarse a las ocho y media de la mañana.

Es tan raro la luz, no sabía que podía afectar tanto. El sur es la luz, la alegría, la calle, el calor. El norte, es el frío, la soledad, la borrachera, pero también la meditación. Nuestras sociedades son totalmente diferentes. Estamos en Navidad, es algo que se puede decir ya porque hay calendarios de adviento, árboles y luces, pero no es como en casa. Gamla Stan está adornada de luces, pero pocas, muy pocas. A las cuatro no había mucha gente, aunque más que en la mayoría de las veces que he estado allí por la tarde. Los árboles están decorados con la simpleza de unas luces blancas. No bolas, no colores, nada, sólo blanco en las luces y si tienes suerte alguna estrella.

¿Cómo estará Gran Vía con su ruido, su gente, sus luces? Ayer vi una foto de esa calle (de mi calle) en el periódico. De lo primero que me percaté es que tengo unas ganas tremendas de enseñarles a todos nuestro maravilloso Broadway. Sus teatros, sus cines, sus tiendas, sus cafeterías, restaurantes... la gente, el ruido. Mi ciudad.

¿Será verdad? Realmente, el frío y la oscuridad afecta a los sentidos. Estoy escribiendo sin música, no se oye otro ruido que las teclas del ordenador y su sonido. Afuera, la penumbra. Dentro, yo y mi mundo. Ahora está silencioso. ¿Mañana? Posiblemente ruidoso.

Para quien no conozca a Bisbal:



Por cierto, Rajoy se ha hecho una cuenta en Facebook. ¿Habrá leído mi última entrada? Está claro que estas elecciones son las de la red. [No puedo poner la página directa a su profile porque hay que "hacerse amigo" de él y... bueno, pues como se dice burdamente, va a ser que no. Quien quiera encontrarle, simplemente hay que poner su nombre en el buscador]

Ninguna de las fotos de esta entrada son mías.